Tuesday, November 16, 2004

"Quizá el sentido del amor divino está en hacernos presentir la inmensidad contenida en el amor de un ser mortal. El amor humano es incluso más grande, si en él está no darnos una seguridad que vaya más allá del instante presente, y llevarnos siempre al irreparable desgarramiento."
Georges Bataille, "El amor de un ser mortal" (1951)


Bataille es uno de mis autores favoritos. No muchas personas lo conocen, de todas formas no creo que ser célebre haya sido uno de sus objetivos primordiales. Lo leí en la facultad, después de haber leído mucho: lo bueno, lo mediocre, lo fuera de serie. Y estoy segura que Georges entra en el último grupo.Suelo estremecerme cada vez que lo leo: me hace sentir que quizá no todo está perdido después de todo, que es posible salir de esta alienante cotidianeidad que el día a día nos impone, que por un instante siquiera, puedo "ser soberana" de mí misma (más adelante explicaré más sobre la idea de soberanía de Bataille), y escapar del constante "deber ser" con el que la vida social nos agobia. "Debes ganar dinero", "debes ser exitoso", "debes seguir las reglas"... ¿Quién puede escapar a estos mandatos sociales? Quien lo hace, es marginado por loco o por estúpido.
Bataille afirma que la cuestión moral por excelencia consiste en cuestionarse: "¿Qué debo hacer aquí y ahora?" Esta es la cuestión que está en el centro de la experiencia humana. Y los seres humanos, dice Georges, no podemos dejar de darle una respuesta paradójica. Por un lado, la respuesta que afirma el aquí y ahora como un fin absoluto, es decir, la satisfacción inmediata del deseo, sin reserva y sin demora. Por otro lado, la respuesta que remite y subordina el aquí y el ahora a un allí y a un después lejanos y futuros; haciendo de la acción presente un mero medio para la obtención de un bien o un fin que se considera conveniente en grado sumo pero que siempre está más allá del presente.Quizá la primera respuesta parece propia de los animales, y la segunda exclusiva del hombre razonable.
Sin embargo, todo el pensamiento de Bataille está destinado a mostrar que ambas respuestas, contradictorias entre sí, son igualmente imprescindibles para el hombre; y que la humanidad consiste precisamente en esta contradicción irresoluble.

Interesante, no les parece? Hasta la próxima.