Monday, July 03, 2006

Pablito: Te banco a muerte!! SABELO


Pablo Alabarces: Hay un texto fantástico, un texto casi perfecto que es el que dice que en medio de la revolución de Valle de 1956, el 9 de junio de 1956, un tipo trata de llegar a su casa y se encuentra con que
"...era peor que el café y peor que la estación de ómnibus, porque había soldados en las azoteas y en la cocina y en los dormitorios, pero principalmente en el baño, y desde entonces he tomado aversión a las casas que están frente a un cuartel, un comando o un departamento de policía. Tampoco olvido que, pegado a la persiana, oí morir a un conscripto en la calle y ese hombre no dijo: “Viva la patria” sino que dijo: “No me dejen solo, hijos de puta”.
¿De quién es este texto?

Alumnos: De Rodolfo Walsh.

Pablo Alabarces: Este es el comienzo de Operación Masacre de Rodolfo Walsh. Fíjense esa contraposición, lucidísima. Ahí hay dos voces en conflicto. Está la voz que se dice oral pero que en realidad es escrita, y escrita en el bronce: Viva la patria. Se supone oral, porque Viva la patria es una exclamación, es un grito, es un viva o un muera, y sin embargo no es un texto oral, es un texto escrito. El Viva la patria existe porque pasa al bronce, porque pasa a la estatua, porque pasa al monumento, porque pasa al manual escolar. No son muchos porque los próceres leyeron el Billiken después de muertos. Entonces pasa al repertorio de frases célebres… hay un cuento espectacular de Fontanarrosa que ahora no recuerdo en qué libro, que es un prócer que ensaya sus últimas palabras, las escribe, las pule, cosa de que no lo agarre la batalla al descampado, digamos, me matan y no sé qué decir. Esta cosa paródica tan filosa de Fontanarrosa.
¿Cómo se entra al Billiken? Diciendo las palabras célebres antes de morirse, porque esas palabras tiene que estar… entonces el tipo hasta escribe cuáles van a ser sus últimas palabras, tienen que ser breves, no pueden ser muy largas porque así el que está cerca las puede registrar. Por supuesto, como se podrán imaginar, al tipo lo cagan a tiros y al momento de morirse le falla la memoria y no se acuerda un carajo, y empieza a tartamudear.
Decía, esa es una oralidad que no es oralidad, es una oralidad que puede persistir solamente en una escritura, y una escritura que es broncínea, ¿se entiende la metáfora? ¿No es cierto? Una escritura que solamente puede ser estatuaria, una escritura que puede ser de Billiken, de manual escolar. Muero contento, hemos batido al enemigo, y uno ahí se lo imagina al pobre sargento Cabral sacándolo a San Martín debajo del yobaca, lanceado por un enemigo realista, y diciendo "qué era lo que tenía que decir ahora??".
Del otro lado hay otra voz, una voz que está en conflicto y que es una voz pura oralidad porque no puede ser escrita: "No me dejen solo hijos de puta". Esto no puede pasar a la estatua, no puede pasar a la urna, al nicho del soldado desconocido que tienen todos los monumentos de la patria. En la catedral, en el Monumento a la Bandera.
¿Vieron el monumento al soldado desconocido? ¿Se imaginan el Monumento a la Bandera, en la urna dedicada al soldado desconocido, que abajo diga "Este soldado antes de morir dijo no me dejen solo hijos de puta?" Esta escritura es imposible, este texto es pura oralidad, y en esa contraposición Walsh está señalando que siempre hay dos voces en conflicto, pero también está señalando que se puede escuchar la voz que no había sido escuchada. Y volverla escritura. Una escritura imposible se vuelve una escritura posible. Todo el texto Operación Masacre está marcado por estos juegos entre lo imposible y lo real. Ese enunciado maravilloso: hay un fusilado que vive. El enunciado imposible se vuelve enunciado real.